Sobre mí

En este mundo de estrellas y estrellados, Francisco Murillo, más conocido como Kiko, ha conseguido situarse entre los primeros. Trabajador e independiente, no se deja llevar por modas o tópicos. Fiel a sí mismo, refleja en su día a día su manera de pensar y su particular forma de entender el mundo que le rodea.

Ya durante su adolescencia, su personalidad y un carácter atractivo, asequible y extrovertido le permitieron sobrevivir a su entorno, del que sin embargo nunca se distanció. Entonces, muchos pudieron pensar en él como en una oveja negra. Hoy, probablemente, le miren desde el respeto y la admiración.

 La falta de motivación y de estímulos le hicieron tropezar en varias ocasiones durante su época escolar, sin embargo, el apoyo de profesores, compañeros y familiares le hicieron replantearse su futuro. De otro modo, quizás hoy estaríamos hablando de un 'mecánico de automoción'.

Lejos de ser un artista engreído y excéntrico, es un inventor incansable capaz de combinar a la perfección sus pensamientos, sus sueños y sus ideas con las criticas y aportaciones de profesores y compañeros.

Como creador es intuitivo y decidido. Trabaja según sus propios parámetros y directrices. Entiende el arte como una forma de ser, un estilo de vida y confía en no tener la necesidad de venderse al mercado.

 B.D.B.